domingo, 20 de marzo de 2011

Lecturas recomendadas sobre la muerte 3



Como relato en mi libro "Palabras para el recuerdo", uno de los recursos de mayor ayuda en el proceso de duelo que hemos vivido mi marido y yo tras perder a nuestro hijo ha sido sin lugar a dudas la práctica espiritual continua. Cada día buscábamos un momento para la intimidad y la expresión de nuestro Ser más profundo. Juntos meditábamos, rezábamos plegarias de distintas tradiciones religiosas, que aprendimos en la Comunidad del Arca de Lanza del Vasto, y entonábamos algún cántico para cerrar este espacio de recogimiento.
En este ambiente tan íntimo y sagrado, afloraban las emociones, los pensamientos, los recuerdos y la voz de nuestro corazón desgarrado; dejándolos salir libremente nos hacíamos más conscientes del dolor que llevábamos dentro; y lejos de reprimirlo o de intentar disimularlo, lo dejábamos fluir con compasión hasta vaciarnos, para dejar que la calma y la paz se instalaran de nuevo en nuestro interior, entonces nos invadía un sentimiento de mucho Amor, que servía de ungüento para las heridas de nuestra alma. Ese Amor nos decía que aunque ya no le volveríamos a ver más, el lazo de unión entre nosotros y el amor que sentíamos por él no desaparecerían nunca.
Al principio utilizábamos nuestra habitación para este fin hasta que fuimos capaces, cuatro meses después de la muerte de nuestro hijo, de retirar y reubicar sus objetos personales de la habitación para convertirla en nuestro pequeño y luminoso templo.

En este artículo del bloque "Lecturas recomendadas sobre la muerte" veréis varios apartados de distintos autores, que aparecen de manera sucesiva porque guardan una estrecha relación entre sí, pues todos ellos explican lo importante que es hacer a lo largo de nuestra vida un trabajo de preparación para el momento de nuestra muerte.

Muriendo diariamente ("El Zen de la Vida y la Muerte" de Philip Kapleau)
La verdad sobre el hecho de morir es que en realidad lo estamos experimentando cada día de nuestra vida. En la vida ocurren con regularidad estos graves cambios de las relaciones humanas. Incluyen la muerte de una pareja, de uno de los miembros de la familia, de un amigo íntimo...
Cuando una persona a la que amamos nos deja o nos rechaza, sentimos también una especie de muerte. Como nos aferramos a las formas, no es fácil desprenderse de ellas. Cuanto más nos aferremos a la gente y a las cosas, más dolor nos causará su pérdida. A la mayoría de las personas, el cambio les produce una situación de estrés: el divorcio, el cambio de trabajo, de ciudad, un enfermedad, un cambio de estatus social o económico...Pero el primero de los factoras en la lista es la muerte. La muerte es el único cambio que no podemos controlar. Todas las estaciones de la vida: la infancia, adolescencia, madurez y vejez, implican inevitablemente pérdidas humanas.
Pero como el cuadro de la muerte está pintado en nuestra cultura con unos colores tan lúgrubes, nos encogemos ante ellos, a menudo con terror y pretendemos que a nosotros nunca nos ocurrirá nada. Para renacer cada hora y cada día de nuestra vida, necesitamos morir. Los pensamientos del pasado, presente, futuro de la vida y de la muerte, de ese mundo y del siguiente se trascienden en la plenitud del ahora.
Al final, la calidad de nuestra muerte, dependerá de la calidad de nuestra vida, dependerán de tener un ego desenfrenado (que crea sufrimiento), o un ego refrenado (sereno). Para morir con serenidad debes empezar ahora. El primer paso es la práctica espiritual. Ten cuidado de no sustituirla por la lectura, ya que es fácil dejar de hacerla tentado por los cantos de sirenas de la literatura, la psicología, la filosofía y temas afines. La lectura de ciertos libros puede suministrarte una brújula o mapa, pero no puede sustituir a la experiencia personal.
Nuestro modo de morir refleja la manera en que hemos vivido. Igual que un día bien vivido produce buenos y felices sueños, una vida bien utilizada acarrea una feliz muerte. Pero si hemos llevado una vida agitada y llena de confusión emocional y de conflictos, o una vida egoísta o insana, nuestra muerte será agitada y dolorosa.

El moribundo y la muerte
Enclaustrada en un oscuro rincón de la mente de cada uno de nosotros, hay una voz que dice: "Voy morir. Llegará un día en que moriré"
Intentamos no acercarnos por ese rincón. Rara es la vez que escuchamos esa voz. Sin embargo, en algunos momentos nos habla con tanta claridad y énfasis, que no tenemos más remedio que escucharla. Cuando estamos enfermos, cuando muere alguien, cuando estamos a punto de tener un accidente, oímos que nos habla. La vamos escuchando con más frecuencia, a medida que envejecemos, que nuestro cuerpo se debilita, que nuestra acumulativa experiencia de la muerte se incrementa. Cuando muere alguien a quien amamos, la voz nos dice que nuestra vida se ha alterado para siempre, que no hay vuelta atrás.
La voz nos recuerda que somos como todos los seres que han vivido mortales, caducos. Si queremos vivir con cierta paz, debemos comprender un poco quién o qué es lo que muere. La mayoría de las personas creen ser un cuerpo y una mente, un yo, un ego, un sí mismo, un alma identificada con un nombre, Tomás o María. Pero todo lo que es mental o físico está en estado de cambio, nada es estable o estático. Si reflexionamos atentamente sobre ello, descubriremos que la persona que muere no existe, sólo el proceso de morir. Al negarnos a identificar el verdadero Yo con nuestras acciones, seremos capaces de percibir el hecho de que la vida es sólo un proceso.

La experiencia de la muerte próxima ("Conferencias. Morir es de vital improtancia" de Elisabeth Küble-Ross)
Es muy frecuente, en los pacientes moribundos que se den fenómenos inexplicables, como son las alucinaciones que se producen poco tiempo antes de morir, un mes o dos aproximadamente. Muchos empiezan a "alucinar" la presencia de seres queridos ya fallecidos que vienen a visitarles y con los que se comunican, sin que nadie más pueda verlos. También sucede, que incluso los pacientes más enfadados o más difíciles, poco antes de su muerte, comienzan a relajarse profundamente, rodeándoles cierta serenidad ya librarse del dolor, a pesar de tener un cuerpo físico castigado por un cáncer y lleno de metástasis.
La tercera observación y quizás la más subjetiva, es que al acercarme a mis pacientes, con cariño y ternura ellos conectaban con mi vida y yo con la de ellos de una manera profunda, íntima y significativa, pero una vez que morían, mis sentimientos desaparecían y cuando miraba el cuerpo, tenía la impresión de que era algo parecido a un abrigo de invierno que se despojaba con la llegada de la primavera, cuando ya no se necesita más. Tenía una imagen increíblemente clara de un caparazón y que mi querido paciente ya no estaba allí. Cuando vuestro cuerpo físico, el capullo, pierde su conciencia, para la cual necesitamos un cerebro, lo que ocurre es que se suelta, libera la mariposa. Entonces volvemos a ser completos, a estar enteros otra vez. Por ejemplo: los ciegos recuperan la vista y al volver a la vida recuerdan de qué color es vuestro pañuelo. (Investigaciones de Raymond Moody en su libro "Vida después de la vida", sobre experiencias cercanas a la muerte).
Tampoco morimos solos, pues llegan a nuestro encuentro los seres queridos que han fallecido antes que nosotros. No debemos retenerlos, es bueno dejarlos marchar y despedirlos con mucho amor. Ayudarles a irse y acompañarlos en su proceso de abandono y desapego, para que su energía psíquica no tenga miedo y se dirijan hacia la luz con confianza y seguridad de que allí les están esperando seres de luz, seres queridos y de que el encuentro será muy feliz y gozoso.
También aparecerá una presencia divina de algún maestro espiritual, de algún ser iluminado, puede ser Jesús, Buda o la Virgen, o cualquiera en quien hayamos confiado, dependiendo de nuestra tradición religiosa. Esa presencia divina os invita a hacer una revisión de nuestra vida y aparecerá una vista panorámica de todo lo que hemos hecho y sobre todo de cómo lo hemos hecho. Al mismo tiempo, sabremos las consecuencias de nuestros actos, pensamientos, sentimientos y palabras, esto es lo que significa realmente el juicio final. Por ello, quienes han vivido este tipo de experiencias cercanas a la muerte, al despertar y verse vivos de nuevo, su forma de percibir la realidad que les rodea es totalmente distinta y son capaces de amar más y mejor. Esa es nuestra asignatura pendiente, nuestra mayor enseñanza, desarrollar toda nuestra capacidad de amar, nuestro potencial de Amor incondicional.

La creencia de la vida después de la muerte ("El libro tibetano de los muertos")
A través de mitos y leyendas, de textos sagrados y rituales, la fe en la continuidad de la existencia ha ido trasmitiéndose hasta nuestros días. La gran difusión de estas creencias puede observarse en la diversidad de civilizaciones que creían en ellas, desde Egipto, la India, Irlanda, Grecia y América del Sur. Gran número de figuras destacadas de nuestra época como Carl Jung, Emerson, Thoreau y Gandhi, por nombrar algunos, creían en la reencarnación, la transmigración o el renacimiento (términos que aunque se usen indistintamente, no significan los mismo).
En el libro tibetano de los muertos habla de los distintos Bardos que irá atravesando el difunto después de la muerte física. En uno de los apartados donde explica las características de la existencia en estado intermedio dice así:
"Oh noble hijo, el poseedor de esta clase de cuerpo verá los lugares que le han sido familiares en la Tierra, así como a sus padres, a tus amigos, les hablas y no recibes respuesta de ellos. Entonces, viéndoles llorar, piensas: "Estoy muerto, ¿qué voy a hacer?. Y sientes un gran dolor, un gran sufrimiento. Pero no sufrir no te servirá de nada. Por lo tanto, despréndete de ellos. Ruega al Señor de la Compasión y entonces ya no tendrás dolor alguno, ni terror, ni miedo".
"Oh noble hijo, escucha bien: si estás dotado de todas las facultades de los sentido y puedes moverte libremente quiere decir que, no obstante lo que hayas podido ser cuando estabas vivo (ciego, sordo o inválido), en este plan de Después de la Muerte tus ojos verán formas, tus oídos captarán sonidos y todos los demás sentidos-órganos estarán intactos y dotados de una agudeza completa...."
"Oh noble hijo, el movimiento libre quiere decir que tu cuerpo actual es un cuerpo de deseo (habiendo sido separado tu intelecto de su natural asentamiento) y no un cuerpo de materia, de tal modo que ahora tienes la facultad de pasar a través de masas rocosas, casas y hasta el propio monte Merú, sin que nada te detenga".
"Confrontado de este modo, se obtiene la liberación del Bardo. Y así sucesivamente, hasta atravesar los distintos Bardos del Estado Intermedio, que es el nivel donde se encuentra la energía del difunto desde su muerte hasta su siguiente renacimiento".


viernes, 18 de marzo de 2011

Documental Janadesh y presentación Campaña Jansatyagraha


PROYECCION DEL DOCUMENTAL
"MARCHA DE JANADESH 2007"
PRESENTACIÓN CAMPAÑA "JANSATYAGRAHA 2012" en Albacete con una charla-coloquio, a cargo de Michel Ferré, secretario de Gandhi Internacional y del Movimiento del Arca de Lanza del Vasto en España.
Organizan: AMARE (Asoc. Del Movimiento del Arca de Lanza del Vasto en España) y el Instituto de Salud y Conciencia de Albacete.
Con la colaboración de la Excma. Diputación Provincial de Albacete.
Se llevará a cabo en el Salón de Actos de la Diputación Provincial de Albacete el jueves 31 de marzo a las 19h.

Antecedentes

En la India, en octubre de 2007, tuvo lugar una Marcha de 25000 personas llamada Janadesh (eso significa “el veredicto del pueblo”), organizada por el movimiento Ekta Parishad (“foro de la unidad").
En 1991, Rajagopal crea Ekta Parishad, un movimiento que federa a 380 organizaciones locales de los sin-voz y sin-tierra en la India. Hoy día, Ekta Parishad cuenta con más de un millón de simpatizantes.
Esta es una organización noviolenta que lucha por el derecho a los recursos naturales- tierra, bosques, agua- de los más desposeídos en la India. Organiza, forma y emancipa a las personas y comunidades más desfavorecidas.
“De una forma suave, nosotros podemos sacudir al mundo” (Mahatma Gandhi).

Rajagopal, presidente fundador de Ekta Parishad:
Discípulo de Gandhi, natural de Kerala y bailarín famoso de Khatakali, Rajagopal deja la escena a los veinte años para hacerse ingeniero agrónomo.
Descubre, en un viaje tras los pasos de Gandhi, los estragos que pueden hacer la modernización y la industrialización salvajes: “Toda una capa de la sociedad está marginada; los campesinos son arrojados de sus tierras, sin ninguna compensación, por las multinacionales, la agricultura intensiva y el aumento de las zonas edificadas. Los tribales, esos aborígenes que fueron los primeros habitantes de la India, deben dejar sus bosques ancestrales, expulsados por un gobierno que prefiere explotar los recursos de madera y minerales o crear parques naturales para los turistas”.
Si Gandhi movilizó la inmensa fuerza de la noviolencia para obtener la independencia de la India, Rajagopal canaliza en la actualidad esta fuerza para promover la justicia social. El objetivo principal es que las familias campesinas y tribales puedan vivir dignamente de sus actividades agrícolas y tradicionales, en lugar de tener que emigrar a los centros urbanos, donde van a engrosar unos suburbios gigantescos e insalubres.
Estos diez últimos años en la India, 150.000 campesinos se han suicidado agobiados por las deudas contraídas en la adquisición de abonos, pesticidas y semillas que no cumplieron las expectativas de prosperidad puestas en ellos.

De JANADESH 2007 a JANSATYAGRAHA 2012 (“la Marcha noviolenta por la Justicia”)

Como buen discípulo de Gandhi, Rajagopal organiza marchas pacíficas. La más importante de ellas tuvo lugar en octubre de 2007. En ella 25.000 personas marcharon, con una disciplina ejemplar, durante un mes, recorriendo los 350 kilómetros que unen Gwalior y Delhi, para forzar al gobierno a reconocer su derecho a la tierra, al agua y al bosque. Los resultados más significativos de esta acción, llamada Janadesh (Veredicto del Pueblo), son la adopción de una ley forestal que protege a las poblaciones indígenas; la creación de un comité nacional para la reforma agraria, y la distribución de tierras a decenas de miles de cultivadores. Janadesh también intensificó la formación de miles de jóvenes del campo a la acción noviolenta; la emancipación de las mujeres, y la formación de animadores sociales y de líderes “descalzos”. Pero mucho queda aún por hacer.

Gandhi acuñó el término “satyagraha” para designar la fuerza de la acción justa que se desprende de la verdad. La próxima marcha, prevista del 2 de octubre de 2011 al 2 de octubre de 2012 se compondrá de 100.000 personas en la última etapa. Su nombre es Jan Satyagraha, Marcha Noviolenta por la Justicia. El coste de la formación, preparación, organización y realización asciende a 2 millones de euros en tres años. A título de comparación, Janadesh 2007 costó un millón de euros reunidos la mitad en la India y la otra mitad gracias a la solidaridad internacional.
La mitad de los habitantes de la Tierra son agricultores. De ellos, las tres cuartas partes trabajan únicamente con las manos. Uno de los mayores retos del desarrollo sostenible es asegurar a estos campesinos las condiciones necesarias para que sigan en sus campos y puedan vivir dignamente de los frutos de su trabajo. Más allá de la India, que cuenta con un 70% de agricultores, este es un reto a nivel de todo el planeta: la convivencia armoniosa de todos sus habitantes; ciudades habitables; una agricultura respetuosa con el entorno; un reparto equitativo de la riqueza; una economía local y, finalmente, conseguir que la violencia no sea la única alternativa de millones de pobres, hambrientos, expoliados y desplazados que no tienen ya nada que perder frente a un modelo económico en el que no tienen sitio.
En este siglo XXI más de mil millones de personas están subalimentadas; un ser humano muere de hambre cada cuatro segundos, es decir 25.000 al día (datos de la FAO en 2008).
En sus recomendaciones, publicadas en 2008, la FAO reconoce que para resolver la crisis alimentaria mundial en aumento, es necesaria una nueva orientación de la agricultura, dando prioridad a prácticas ecológicas, a la sabiduría local y al rol preponderante de la mujer. El derecho a la tierra, al agua y a los bosques es la etapa preliminar en ese camino hacia la soberanía alimentaria.

Visión

Ekta Parishad cree que la aplicación de los principios gandhianos hará de la India un país en el cual:
- Todos se beneficiarán de un acceso equitativo y garantizado a la tierra, al bosque y al agua;
- todos los pueblos -independientemente de su origen o de su casta- podrán vivir dignamente y acceder a la propiedad de la tierra;
- la reforma agraria y un modelo de desarrollo que incluya a los más pobres protegerán los derechos de todos los ciudadanos, del primero al último.

Principios básicos

- Actuar según la verdad y la noviolencia en todas las circunstancias.
- Generar cambios sociales, económicos y políticos para beneficio de la mayoría y de los más pobres.
- Apoyar el buen gobierno local y tradicional y reforzar la autonomía local.
- Formar, organizar y movilizar a las comunidades marginadas para que sean capaces de defender sus derechos y tomar las riendas de su destino.
- Estimular y apoyar a nivel local, regional y nacional, un gobierno responsable que tenga en cuenta a todos los ciudadanos desde la base.
- Promover la inclusión del derecho a la tierra, al agua y a los bosques, y una distribución equitativa de los recursos naturales, en los programas de desarrollo nacionales e internacionales.

Algunas acciones previstas en Europa.
- Campañas y sesiones de información
- Recaudación de fondos/donaciones/apadrinamientos
- Patrocinios/colaboraciones
- Campañas de cartas dirigidas a las autoridades indias
- Recogida de huellas de pies (participantes simbólicos en la marcha)
- Acciones y marchas solidarias en distintos países y continentes
- Participación en Jan Satyagraha 2012 (la Marcha No-violenta por la Justicia) que se compondrá, en su última etapa, de 100.000 personas, de la India y del extranjero.

Información
Ekta Parishad: http://www.ektaparishad.com/
Ekta Europe (red europea de apoyo): http://www.ektaeurope.org/

Ekta Parishad edita un boletín de información mensual en francés y en inglés que se puede recibir gratuitamente, por mail. Inscripción en el sitio http://www.ektaparishad.com/

domingo, 13 de marzo de 2011

Lecturas recomendadas sobre la muerte 2


El 30 de agosto de 2010 murió mi madre tras un proceso de agravamiento de las enfermedades crónicas que padecía a lo largo de su etapa de envejecimiento: cardiopatía, diabetes, insuficiencia renal y osteopenia. Un mes antes, nos reunimos los 6 herman@s para hablar de cómo organizarnos ante esta situación que avisaba de la proximidad del final.
Los días antes de su muerte me encontraba a su lado para cumplir con mi turno y con mi misión de acompañamiento y guía en los últimos días de su vida. Yo no tenía que cuidarla hasta días más tarde, pero a través de un sueño recibí el aviso que me indicaba que fuera allí inmediatamente. Y así lo hice. Para mí fue un regalo poder estar junto a ella en el momento culminante.
Gracias a todo lo aprendido tras la experiencia de la muerte de mi hijo dos años antes, y a los muchos textos que llegaron a mis manos para dar respuestas a mi necesidad de comprensión y aceptación, pude ayudar a mi madre a cruzar el umbral de regreso a nuestro verdadero hogar.
Hoy quiero compartir con vosotr@s un extracto del libro "El Zen de la Vida y la Muerte" de Philip Kapleau, que para mí representa la obra maestra sobre el arte del buen morir. Contiene una gran sabiduría sobre los momentos previos a la muerte.
  • El buen morir: La forma en que los individuos reaccionan ante una enfermedad mortal depende naturalmente de su personalidad y de sus valores, pero principalmente de su fe y de su conocimiento espiritual. Numerosos libros nos hablan de cómo vivir, pero muy pocos nos dicen cómo morir. La mayoría se centran en el dolor, en la pérdida y en la tragedia que la muerte representa. Morir con arte es hacerlo sin pensar en nada, sin aferrarse a nada, simplemente desapareciendo como las nubes en el cielo. Un logro semejante presupone una considerable visión espiritual. Ser capaz de morir sin pensar en nada implica que, a través de la meditación y otras prácticas espirituales, has ganado el control sobre tus volubles pensamientos y un alto grado de dominio sobre tus emociones. Morir sin desear nada refleja que has descubierto que en esencia eres completo, pleno y no te falta nada. Morir sin desear comprender nada significa que has percibido que todas las cosas, incluido tus pensamientos, tus sentimientos y percepciones son impermanentes, que surgen según determinadas causas y condiciones y desaparecen con la aparición de nuevos factores causales. Morir sin aferrarse a nada es ser consciente de que en realidad nada nos pertenece, ni el cuerpo, ni la mente, ni la propia vida y que, por tanto la muerte es un dejar de aferrarse a todo aquello que nunca nos ha pertenecido.
  • Sobre el dolor: Cuanto más marcado tenga una persona el sentido del yo como un ser separado de los demás, con mayor intensidad experimentará tanto el dolor físico como el existencial. El médico al cuidado del paciente moribundo ya no sigue buscando un remedio o al menos un medio de controlar la enfermedad, sino que dirige su habilidad médica a controlar un calidoscopio de síntomas cambiantes. Pero si el médico es capaz de aumentar el nivel de consciencia del moribundo apartándole de las preocupaciones de su propio cuerpo, le dará la oportunidad de acabar su vida con tranquilidad, tanto respecto a sí mismo como su familia. Existen muchos caminos para controlar el dolor que permiten al paciente conservar la mente clara: las técnicas de relajación, visualización, la acupuntura, la hipnosis y la meditación entre otras. El dolor de cada persona es distinto y por lo tanto no existe una receta universal para erradicar o mitigar el dolor. El dolor puede ser el mejor maestro de nuestra vida. Por otro lado, en la etapa de la muerte, una persona puede aprender algunas de las lecciones más importantes de su vida. Es necesario asegurar un cuidado integral y la máxima comodidad al moribundo y tener en cuenta algunas de las molestias físicas más frecuentes, como la boca seca y el estreñimiento. Respecto a ayudar a los demás en este trance inevitable y tan decisivo, es bueno conocer las etapas de la muerte que han sido descritas en varios libros después de estudiar muchos casos, como "Vida después de la Vida" de Raymond Moody, "La muerte, un amanecer" de Elisabeth Küble-Ross....
  1. Para los enfermos terminales: Durante una enfermedad de carácter irreversible, es de vital importancia mantener unas cálidas e íntimas relaciones con amigos y familiares. Se necesita, al menos, un amigo de confianza al que podamos contar miedos y deseos. Estas cálidas relaciones y duraderas relaciones ayudarán a disipar el sentimiento de aislamiento que con tanta intensidad se experimenta en esos momentos y a crear una buena atmósfera, tanto en casa como en el hospital o en una residencia de ancianos.
  2. El arrepentimiento es muy importante ya que nos permite vaciar la mente de sentimientos de culpabilidad, los cuales suelen aflorar con inusual fuerza en estos momentos, es de suma importancia halla la paz interior. Si se hace con sinceridad, sirve para limpiar el corazón de los residuos de sentimientos que aún albergamos en nuestro interior.
  3. La respiración es un modo efectivo de calmar la ansiedad; haciéndolo de manera plena y profunda tres veces y concentrándonos solo en la respiración. Los ojos pueden mantenerse abiertos o cerrados. La respiración es la fuerza que unifica el cuerpo y la mente, creando un vínculo entre lo consciente y lo inconsciente, entre las funciones voluntarias y las involuntarias.
  4. El estado de la mente en el momento del último suspiro es crucial, ya que determinará la dirección que tomará tu fuerza vital, y con ello tu futura encarnación. Sólo a base de una mente preparada por medio de la disciplina de la espiritualidad tendrás la esperanza de poder resistir a la atracción que ejercerán sobre ti tus antiguos patrones del apego y de los deseos durante el momento en que tus energías abandonan tu cuerpo.
  5. Versos u oraciones: Con el fin de prepararte para el momento culminante, te aconsejo leer o que te lean un texto sagrado o tu oración favorita, que contienen la sabiduría trasmitida por los seres plenamente iluminados.
  6. Pedir ayuda a los seres iluminados, que nos están esperando para guiarnos en el momento de la muerte. Para abrirnos a la compasión de los seres iluminados es necesario tener fe en su existencia, cogiendo la mano que nos tienden. La ciencia nos dice que la energía no se destruye, o sea que las cualidades que esos salvadores encarnaron, un amor y una compasión infinitos, están todavía a nuestro alcance. La realidad de la vida es mucho más compleja y omnipresente de lo que podemos imaginar. Tal como las religiones orientales han manifestado desde la antigüedad, y confirman algunos científicos, el mundo material es una ilusión fabricada por nuestros limitados sentidos, los cuales nos ofrecen una imagen incompleta, y por lo tanto falsa, de la auténtica naturaleza de la realidad.
  7. Los ejercicios de visualización son también muy útiles para calmar la mente. Si eres cristiano, puedes visualizar la faz de Cristo o de la Virgen María; si eres budista, visualiza a Buda; si eres hindú visualiza a Krisna. Aquellos que no pertenezcan a una religión en especial pueden visualizar un paisaje, una fotografía o una pieza de música que les infunda serenidad. Si sientes que surgen sentimientos de cólera o de odio hacia una persona acéptala mentalmente e irradia pensamientos de compasivo amor hacia ella. Cualquier persona puede practicar estos ejercicios durante media hora al día, no solo relajarán tu cuerpo y calmarán tu mente, sino que transformarán toda tu personalidad y será más fácil vivir contigo misma y con los demás.
  8. Permanecer junto al moribundo: Debes saber que los moribundos, en un determinado momento, suelen perder interés por su entorno y se retraen de quienes les rodean, como si entrasen en un estado de trance; y a menudo ven y oyen cosas que los demás no pueden percibir. Un gran número de tradiciones antiguas suelen afirmar que las personas suelen desarrollar una percepción extrasensorial durante una enfermedad grave o terminal. Si estallas en llanto o te pones histérico, sin duda, perturbarás este proceso tan sensible que el moribundo está experimentando. Por lo tanto, intenta hacerlo tan lejos de su cama como puedas. Si el moribundo se retrae hacia su interior, no lo interpretes como que tú también debes hacerlo. Al contrario, aprovecha cualquier momento para expresarle tu comprensión y amor, estrecha su mano, abrázale, bésale, tócale e intenta descubrir si necesita algo. Aunque sólo te sientes en silencio junto a él, irradiando amor y afecto, esto ya le ayudará a disipar la bruma de soledad y el miedo que suele aparecer en ese momento. El enfermo Terminal teme ante todo el abandono. Crea una atmósfera serena para sus últimas horas. Arregla la habitación del moribundo para que trasmita una agradable sensación familiar. La función de guiar la mente del moribundo tanto antes como después de la transición de la muerte es de vital importancia. Recitarle textos sagrados, plegarias o poemas resulta muy beneficioso. El sentido auditivo es el último en desaparecer. No dejes de recitar cuando la persona sea declarada muerta, continúa durante un período más o menos largo, dependiendo de las circunstancias del momento. Si permaneces sereno y concentrado ayudarás al moribundo a continuar su viaje hacia el más allá.
  9. La importancia de los cánticos. Al cantar con el corazón y con sinceridad elevamos la energía, creando una atmósfera de calma y armonía; los sonidos y el ritmo de los cánticos constituyen un excelente medio de burlar el intelecto discriminador y comunicar al moribundo o al fallecido las verdades esenciales de la existencia.


domingo, 6 de marzo de 2011

Lecturas recomendadas sobre la muerte 1



Este es el primero de una serie de textos que os quiero recomendar a quienes seguís con interés el tema de la muerte, que yo considero el momento más crucial y sagrado de la vida de un ser humano junto con el de la concepción y el nacimiento.
Son textos extraídos de varios libros que para mí personalmente han significado una valiosa ayuda para alcanzar una mayor comprensión y así poder aceptar la muerte del pequeño de mis tres hijos. Quiero compartirlos con vosotr@s porque sé que tarde o temprano la necesidad llegará, bien a través de la pérdida de un ser querido, o por una situación difícil que tengáis que afrontar como una enfermedad propia o de alguien a quien tendréis que cuidar y acompañar en sus últimas horas (cuidados paliativos).
Creo que podemos prepararnos para ese momento y no dejarlo para cuando sea demasiado tarde. No se trata de vivir con miedo o angustia pensando en que todos algún día tendremos que morir, es cierto, pero lejos de ver la muerte como un final trágico y triste, podemos verla como el umbral que atravesaremos un día para regresar de nuevo al lugar de donde vinimos.
Es necesario empezar en este mismo instante, a vivir con más intensidad, con más conciencia, más armonía y más amor, resolviendo los asuntos pendientes de nuestras relaciones y buscando en nuestro interior para ver lo que realmente somos. Si así lo hacemos, os aseguro que cuando llegue el momento, estaremos preparados y no tendremos apegos ni límites para hacerlo y emprenderemos el último viaje en un estado consciente de paz interior.

He elegido a la Doctora Elisabeth Küble-Ross para dar comienzo a esta serie de publicaciones que periódicamente iréis encontrando en mi blog, porque la considero una mujer pionera en el acompañamiento de pacientes moribundos, reconocida mundialmente como la Dra. de la Muerte, que a través de sus numerosas obras nos ha dejado testimonio de su dedicación plena a esta tarea tan importante y necesaria. Espero que algún día, se creen centros de formación para que en nuestros hospitales exista la figura de un acompañante espiritual que ayude a la gente a bien morir.

"Aprende a morir y vivirás, porque no hay nadie que aprendiendo a vivir no haya aprendido a morir" (El libro del arte de morir)

"Conferencias.Morir es de vital importancia"(Elisabeth Küble-Ross)
El hombre ha existido durante 47 millones de años y ha estado en su existencia actual que incluye la faceta de la divinidad, desde hace 7 millones de años. Cada día muere gente en todo el mundo, sin embargo en una sociedad que es capaz de enviar al hombre a la Luna y devolverlo a la Tierra sano y salvo, nunca hemos dedicado ni un solo esfuerzo al estudio de una definición actualizada y completa de la muerte humana. ¿No os parece extraño?
Cada ser humano se compone de cuatro cuadrantes: el cuadrante físico, el emocional o de relaciones, el mental o intelectual y el espiritual/intuitivo o astral. Al nacer somos seres humanos exclusivamente físicos, y para crecer de manera natural, sin tener miedo de vivir ni de morir, necesitamos que nos amen mucho durante el primer año de vida, que nos abracen y nos toquen. Luego, al final de nuestra vida, vuelve a faltarnos ese aspecto de nuestra vida. Sin embargo, la mayoría de los niños no gozan de ese aspecto de su crecimiento, y eso, conlleva problemas en su cuadrante emocional (de 1 a 6 años), pues es cuando desarrollan todas las actitudes básicas que los marcarán para toda su vida.
Nuestros niños, necesitan crecer con un amor incondicional, pero con una disciplina firme y coherente, pero sin castigos. Eso suena fácil, pero no lo es. Si sois capaces de hacerlo, los niños desarrollarán un cuadrante intelectual o mental muy hermoso alrededor de los 6 años de edad.
Si se ha experimentado el amor incondicional una sola vez, éste durará toda la vida. No tiene que ser del padre o de la madre, que tal vez no sean capaces de darlo porque ellos jamás lo han recibido.
En la adolescencia, se desarrollará de manera natural el cuadrante espiritual/intuitivo. Es la parte del ser que alberga todo el conocimiento. Es el único cuadrante por el que no tenemos que esforzarnos, porque nacemos con él.
El problema es que la mayoría de nosotros no nos escuchamos a nosotros mismos, muy pocos somos plenamente intuitivos, necesitamos que sean los demás los que nos digan lo que hay que hacer. Y esto es así, porque la mayoría nos han criado con amor condicional.
Cuando se trabaja con pacientes moribundos, primero hay que ocuparse exclusivamente de su cuadrante físico, de sus necesidades físicas. El primer lugar y ante todo, habrá que conseguir que el paciente quede libre de dolor. El bienestar físico y la ausencia de dolor vienen mucho antes que cualquier apoyo emocional, antes de cualquier ayuda espiritual, antes que nada.
Cuando nuestros cuadrantes están en equilibrio, en armonía, cuando hemos entrado en contacto y superado nuestra negatividad, nuestra baja autoestima, nuestras emociones negativas de odio, rabia, miedo, rencor, apego, entonces, vuelves a ser natural, a estar entero, íntegro, esto quiere decir que por fin puedes abrir tu cuadrante espiritual.
Jamás podrás ayudar a otros si estás lleno de resentimiento, de odio y de culpa.
Para conseguir una auténtica seguridad y comprensión, debemos penetrar en un nuevo reino del conocimiento: el camino del conocimiento intuitivo. Esto significa dejar de buscar en el exterior y empezar a mirar dentro de nosotros mismos y confiar en nuestro interior. Es el camino de nuestra propia experiencia. El conocimiento intuitivo no habla a nuestro cerebro, sino a todo nuestros ser.
Es el camino de la humildad, pues requiere la fuerza de olvidar nuestra necesidad de controlarlo todo, a nosotros y al mundo que nos rodea. Exige que reconozcamos que no somos Todopoderosos, que existe algo mucho más grande que nosotros, y simplemente, debemos aprender a contactar con ese algo para encontrar nuestra verdadera fuente de sabiduría.
Platón decía que nacemos sabiéndolo todo y que la vida es un proceso de olvido. En las situaciones difíciles de dolor y sufrimiento, es muy importante aprender a conectar con nuestra fuente de fuerza interior y de belleza.