martes, 10 de abril de 2012

LA VOZ Y SU FUERZA ENERGÉTICA

Un curso artístico-musical, creativo y sanador
Organizado por AMARE (Asociación del Arca de Lanza del Vasto en España)
Desde el jueves Santo por la tarde hasta el domingo de Resurrección, un grupo de 12 personas, guiadas por la maestría de Isvari Verdasco (compañera del Arca y profesora de yoga dedicada a la investigación del cuerpo, la mente y el espíritu a través de la Enseñanza Védica), hemos llegado a La Longuera desde Madrid, Almansa, Hellín y Elche de la Sierra, con el ánimo de iniciar juntas la exploración de nuestras propias voces, y descubrir en ellas toda la fuerza energética y el potencial creativo que nos ofrecen para alcanzar la conexión con nuestro Ser a través del contacto auténtico consigo mismo. Ese contacto capaz de sanarnos, nutrirnos y transformar nuestros vínculos, pues supone la apreciación de las diferencias en nuestras relaciones.
La expresión artística ha marcado este encuentro, en el que los doce participantes hemos dejado de lado nuestros miedos, inseguridades y preocupaciones, para atrevernos a soltar lo viejo y comenzar un nuevo ciclo, animados por Isvari, quien nos ha ayudado a aligerar el peso de nuestras mochilas, y así poder caminar con una energía más liviana.
Utilizando herramientas tan sencillas, como una pajita, un vaso de agua, un espejo y un tapón de corcho hemos ido explorando cada músculo de nuestro rostro y cada rincón de nuestras gargantas, observando los cambios que el sonido de la voz producía en nuestras bóvedas de resonancia.
Entre relajaciones profundas, estiramientos y la vibración de los cuencos tibetanos hemos liberado de tensiones la laringe y el diafragma para permitir llenar una a una, las cavidades de nuestro abdomen con el aire que pasaba con cada respiración. Adentrándonos más y más en el pasaje de sonidos internos y externos, unas veces tímidamente, y otras con fuerza y soltura, hemos permitido que el aire pasara libremente a través de nuestras cuerdas vocales, para vibrar al unísono, y así crear armónicos con nuestras gargantas.
La originalidad, la inspiración y la creatividad han marcado este curso, en el que hemos recitado poesías e improvisado canciones, para desarrollar nuestra imaginación y hacer surgir la risa y la alegría. Isvari nos ha enseñado a conectarnos y a respetarnos desde técnicas dinámicas, variadas y muy probadas, que nos han aportado un clima de seguridad y confianza para cambiar aquello de lo que hemos podido darnos cuenta desde la percepción y la autenticidad. A lo largo de los tres días de duración del curso, hemos aprendido a utilizar nuestro cuerpo como una caja de resonancia, donde el síntoma se manifiesta y nos avisa a través de nuestra voz, expresando nuestras emociones y distorsiones.
Danzando en armonía con el cielo y la tierra, hemos dado gracias a la Vida por la belleza que se respira en la nueva primavera del “Valle de Cristal”, nombre metafórico con el que Lanza del Vasto bautizó a este paraje lleno de luz y de biodiversidad. Unas veces hemos paseado a solas en silencio, y otras lo hemos hecho en grupo, conversando y escuchando los sonidos del valle, la fuerza del río, el canto de ruiseñores y herrerillos; percibiendo la fragancia del tomillo en flor, la vistosidad de las primeras amapolas, la humedad de la tierra mojada por los días previos de lluvia y el brillo de los olivos bajo los rayos del sol. Al caer la noche, hemos contemplado la gran luna llena, iluminando el contorno de los acantilados en el horizonte, y la dirección de nuestros pasos encaminándose hacia un merecido descanso, tras la intensidad de los momentos compartidos a lo largo de cada jornada.