miércoles, 19 de octubre de 2011

CONFERENCIA DE MARILYN ROSSNER

Conferencia enmarcada dentro del Seminario Vida después de la Vida
Celebrado en Albacete y organizado por la Asociación La Rosa de los Vientos del 31 de Octubre al 1 de Noviembre 2009

Marilyn Rossner lleva muchos años dedicándose a los niños con necesidades especiales porque sabe que es una experiencia preciosa, ella ve sus almas y aprende a través de ellas. Para ella, es un regalo. Su misión es hablar de que hay vida después de la muerte. Hasta hace muy poco, en el campo de la ciencia no se admitía hablar de la palabra intuición, sin embargo, hoy en día, hasta en el ámbito empresarial se habla de “desarrollar la intuición” en el campo de los negocios.
Esto le hace ver el mundo con más esperanza, porque ve que cada vez hay más gente que lucha por la Verdad con fuerza.
El Espíritu nos dice que tengamos más fe y que aprendamos a trabajar con esa fuerza que hemos traído a la Tierra y nos habla a través de la situación mundial actual. Si entendemos nuestra verdadera naturaleza y el propósito con el que hemos venido a la Tierra, si creemos que después de la muerte hay más vida, viviremos de otra manera.
Cuando era joven, un neurólogo le mostró la Unidad Especial de Neurología para jóvenes toxicómanos y le trasmitió un mensaje: “di a los jóvenes que no destrocen su cerebro con drogas para desarrollar sus capacidades, pues lo pueden conseguir de forma natural”. En toda familia existe una persona que se siente diferente, que no se siente integrada y que piensa que no le entienden. Desde que somos bebés, sabemos para qué hemos venido a la Tierra, somos conscientes de nuestro propósito y de lo que tenemos que experimentar, porque cuando éramos espíritus así lo elegimos.
El bebé pasa mucho tiempo en un estado de consciencia alterada pero este estado va desapareciendo a medida que crecemos. Al entrar en estos estados de consciencia alterada desarrollamos nuestra intuición, aprendemos a manejar nuestras emociones, a trabajar con la respiración y comprendemos mejor el funcionamiento de nuestra mente. La oración, la meditación y otras técnicas de relajación tienen un poder inmenso para entrar en estos estados de consciencia. Todo esto está avalado por investigaciones científicas. La muerte no es fácil de aceptar, especialmente para quienes se quedan tras perder a sus seres queridos. Pero tenemos que saber la muerte no es el final, y que después de la muerte hay vida. Después de morir nos enfrentamos con las experiencias que hemos tenido en nuestra vida, a cada situación. Durante 20 ó 21 días el espíritu está muy cerca de la Tierra y se va alejando poco a poco. El cordón etérico tarda en disolverse de 48 a 72 horas, por eso es mejor no enterrar o incinerar a la persona fallecida hasta que se disuelve.
Hay personas y oraciones que ayudan al espíritu del fallecido a emprender ese viaje, para guiarle hacia la Luz, no importa la religión a la que pertenecen. Es muy importante morir con una oración en la mente y perdonar a quienes nos han hecho daño. Casi todos asistimos a nuestro propio funeral e incluso a nuestra propia muerte, hay miles de testimonios de experiencias cercanas a la muerte que han narrado lo sucedido en su proceso tras su muerte clínica y su regreso a la vida.
Venimos al mundo con un número determinado de respiraciones y cuando termina nuestro espíritu sabe que ha llegado el momento de abandonar nuestro cuerpo físico.
Cuando una persona se está muriendo, siente miedo o rabia porque no sabe lo que le va a suceder, están confusos y puede que digan cosas que incluso hagan daño a quienes están a su alrededor. En los 20 o 21 días siguientes a nuestra muerte, vemos a personas queridas que murieron antes que nosotros y nos dan la bienvenida a través de una celebración. Disfrutamos del encuentro pero también vemos la tristeza de los que se quedan, vemos lo que ocurre en la Tierra. También recordamos todos los sucesos de nuestra vida y hacemos una revisión de ella, es el momento de perdonar a quienes nos han hecho daño. Es muy importante ir hacia la Luz en el momento de abandonar el cuerpo físico y nuestros guías espirituales nos ayudan a ir hacia la Luz.
Estos guías nos acompañan desde el momento de nuestro nacimiento y continúan junto a nosotros en el momento de nuestra muerte y durante el proceso posterior. Al nacer se nos corta el cordón umbilical que nos une a nuestra madre pero no el cordón etérico que nos une al mundo espiritual del que procedemos. Cuando nos morimos ese cordón nos conduce de regreso al lugar de origen. Allí no se duerme, ni se descansa, es un mundo muy activo donde continuamos nuestro trabajo, excepto si nos sentimos aún enfermos, entonces vamos a un lugar de descanso tras la muerte, son los hospitales espirituales. Las víctimas del suicidio cuando se despiertan están bastante cerca de la Tierra, no como almas perdidas, sino como almas que no han terminado su trabajo. Cuando lo terminen se marcharán al mundo espiritual. Normalmente se arrepienten de haberlo hecho. Las almas perdidas no nos hieren, no hay que tener miedo de ellas. Tenemos que ayudarles a ir hacia la Luz. Otra pregunta que suele hacer la gente es si los seres queridos que han fallecido antes que nosotros se convierten en nuestros guías, pero la respuesta es no. Ellos nos ayudan pero no son nuestros guías.
Los niños que se mueren cuando son pequeños o nacen muertos, ya sea por aborto o por accidente, son niños que tienen una misión muy especial en el mundo espiritual. Vienen con la predisposición de estar poco tiempo, para tocar el mundo terrenal y poder ayudar mejor en el mundo espiritual. Para la familia es muy duro vivir esta experiencia, por eso ellos les envían muchas señales para que sepan que están bien y que siguen cerca para ayudarles. Muchos de estos niños se convierten en guías espirituales de la alegría para que recordemos lo importante que es la alegría de vivir. Es frecuente ver a niños enfermos, que sufren el sida o el hambre, discapacitados, autistas o con parálisis cerebrales. Antes se creía que era un castigo de Dios, pero no es verdad. Esos niños han seleccionado a sus familias antes de encarnar con una misión específica, como un gran sacrificio para que les cuiden y que abran su corazón y les amen. Les traen una gran lección: “sus almas son perfectas porque el alma no puede ser imperfecta ni estar enferma”. Siempre dicen: “no sintáis pena por nosotros porque somos perfectos”.
En el mundo espiritual también podemos evolucionar, cuando encarnamos de nuevo lo hacemos con una misión o propósito específico para seguir aprendiendo. Nadie puede suprimir su Karma, tenemos que aprender a manejar nuestras emociones a través de la práctica espiritual, yoga, oración y meditación. Cada uno a su manera para entrar en estados de consciencia alterada que nos conectan con nuestro ser interior o Yo Superior. Cuando se nos da un mensaje o profecía hemos de tener cuidado antes de creerlo porque puede venir de una mente confusa. Debemos preguntarnos si se trata de un deseo propio o de algo mental, aunque a veces puede proceder del plano divino. Hay mucha gente que quiere olvidar lo vivido, sus recuerdos, pero eso no es posible, solo podemos cambiar nuestra forma de reaccionar ante esos recuerdos y experiencias. Esto puede ser un factor que contribuye a que cada vez encontremos más gente que padece alzheimer o demencia senil, cuya mente está confusa pero no su espíritu que es consciente de todo. Por eso, cuando hablamos delante de ellos tenemos que cuidar nuestras palabras para no hacerles sufrir, no debemos hablar de conflictos ni de cosas desagradables a su alrededor. Al igual ocurre con los enfermos en estado de coma. Por eso si queremos irnos tranquilamente, es fundamental aprender a morir conscientemente. Por eso también es importante irnos a dormir conscientemente., ya que cada noche nuestro espíritu realiza un viaje astral y abandona nuestro cuerpo para ir a otros planos de consciencia.
Si antes de ir a dormir comemos alimentos dulces o bebemos alcohol, el volumen de azúcar en sangre impedirá que nuestro espíritu se eleve a planos superiores y al día siguiente nos sentiremos deprimidos, desanimados o con poca energía.
El Cambio climático, desde el punto de vista espiritual, es el reflejo físico a través del cual nuestro planeta se hace eco de la crisis mundial que padece la humanidad. El cuerpo físico está sometido a diversas enfermedades, pero el alma nunca.
En cada encarnación tenemos la oportunidad de aprender que somos Uno con Dios.
Elegimos el momento en que queremos venir a la Tierra, el país y la familia en la que nacemos, así como las experiencias que necesitamos tener para aprender lo que necesitamos para avanzar en el proceso de evolución espiritual.
Casi siempre pensamos que la vida es muy difícil, pero si miramos la vida como una oportunidad para crecer y llegar a la siguiente encarnación con un mayor nivel de consciencia, podemos vivir con más fe y menos miedo, y tendremos menos confusión mental. En la situación actual, encontramos con que el número de personas que sufren depresión está aumentando enormemente, así como el número de enfermedades alérgicas. 1/ 150 niños es autista. El número de muertes por suicidio crece por días, así como el uso de drogas y otras sustancias que alteran nuestra mente, y también los casos de alcoholismo. Cada vez hay más jóvenes que quieren abortar y más parejas rotas. También a nivel de catástrofes naturales, vemos que se producen más sunamis, terremotos, inundaciones, incendios y otros desastres de graves consecuencias. La gripe aviar, la peste porcina o la epidemia de las vacas locas son causadas por el desequilibrio existente. Siempre han existido estos problemas, pero no como ahora, en cuanto a proporción e intensidad.
El por qué es que nos hemos alejado mucho de la naturaleza, de la Vida y Dios nos habla a través de ella para que tomemos consciencia de esto.
Donde hay sunamis y terremotos hay mucha tristeza, es el llanto de la gente que vive allí, es la confusión mental ante el sufrimiento. Los incendios son resultado del fuego de la gente que arde por dentro.
El Espíritu me dijo que durante los años 2007, 2008 y 2009 sucedería todo esto.
También lo decía Nostre Damus, la Biblia y otros manuscritos. Nos hemos alejado mucho de la paz mundial. Hay 56 conflictos armados en todo el planeta. Si nos ponemos en el lugar de las madres y de las mujeres de los soldados, veremos su sufrimiento. Pero el mundo no va a acabar en el 2012. Va a producirse un gran cambio de consciencia y todos podemos ayudar a ello, a través de la oración, la meditación y la alimentación podemos favorecer el equilibrio necesario. Todos somos parte de ese proceso. Todos tenemos la responsabilidad de cambiar esta situación con la vuelta a la simplicidad de vida.
Estamos en una encrucijada: crisis= cambio. Vamos de la oscuridad a la luz, de la Era de Hierro a la Era Dorada de la Luz. En los años 2010,2011 y 2012 vamos a ver a mucha gente en todas partes unidos por la Paz Mundial.
Cabe destacar que todo lo recaudado por la Dra. Rossner en sus conferencias y consultas privadas es destinado a los proyectos que ha creado en África para ayudar a niños de la calle y con necesidades especiales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario