domingo, 3 de julio de 2011

JORNADAS ELABORACION DEL DUELO 2011









CONTINUACIÓN DE LA MESA REDONDA COORDINADA POR MARTA RODRIGUEZ

TESTIMONIO DE JOSÉ LUIS SANCHEZ

Marta Rodriguez: A continuación va a intervenir José Luis Sánchez, que vive en Elche de la Sierra, es elaborador de productos ecológicos y pertenece a la asociación desde el año 2008.

José Luís: bueno pues mi proceso particular de duelo, comienza con la muerte de mi hijo José Luís, en junio del 2008, a causa de un accidente en una excursión con amigos, y bueno la verdad es que yo nunca he sido muy mental ni muy estructurado a la hora de elaborar el duelo, nunca me propuse elaborar nada, sino simplemente fluir, sentir todo ese torrente de dolor y de emociones que fluían, y así de forma casi espontánea, pues al principio sobre todo me entregué al dolor, porque todo el amor que yo continuaba sintiendo y que salía de mí hacia mi hijo, me producía mucho dolor, y yo no quería reprimirlo, ese dolor me hacía sentirme en cierta forma unido a él, no lo sé, pero sin saber ni estructurarme el duelo, y sin saber si hay que hacer esto o lo otro, yo solamente me dejaba salir el dolor, y también me ha servido el tema espiritual, yo era practicante de yoga, desde que tenía 23 años y en ese momento surgieron ciertas herramientas que yo había adquirido con esa práctica, estar sereno, relajarme, cuando podía, cuando no podía era un terremoto de llanto y de dolor. De las personas más importantes para mí a la hora de afrontar el duelo ha sido evidentemente mi mujer Rosa, en mi caso, sí que nos fundimos uno con el otro, en nuestro dolor común y estábamos totalmente abiertos a expresar todos nuestros sentimientos. Yo nunca me he reprimido al expresar esas emociones que a veces pensamos que son negativas o que no hay que expresar, la rabia, la ira, el odio, todas las emociones que uno puede experimentar en mí surgen, y yo lo que no hago es en cualquier sitio o de cualquier forma voy a expresarlas, sino que una de mis formas era por ejemplo, una amiga nos regaló un dvd de Elisabeth Küble-Ross en la cual yo vi cómo un padre que no podía expresar su dolor más profundo, físicamente, golpeaba unos mazos de listines telefónicos con un palo, y bueno si pretender copiar esta actitud ni nada, simplemente un día me sentí con ganas de golpear, de liberar, de soltar toda esa rabia y en un montón de paja que había en un terreno, estaba totalmente destrozado emocionalmente, y me alivié con esa actitud y nunca tuve el sentimiento de estar loco, ni de estar haciendo nada malo, simplemente era eso lo que sentía y me daba igual cualquier cosa, y efectivamente cuando yo pude liberar ese dolor tan profundo y esas emociones tan fuertes, pues llegó la serenidad, y me iba dando cuenta cómo las emociones y los sentimientos no son fijos ni estables, aunque durante los primeros días y meses el dolor es muy fuerte, me daba cuenta de que en el mismo día podía tener un dolor profundo y en otro rato serenidad y diferentes emociones en un mismo día, con lo cual y por lo que estaba leyendo pensaba que el proceso de duelo si evoluciona naturalmente, aceptando en cada momento lo que aparece, pues se tiene que transformar, porque todo cambia.
No necesité tomar ninguna medicación, únicamente una amiga me mando un frasco de flores de Bach, que es un remedio natural muy bueno y que yo aconsejaría a cualquier persona que pasa por un momento emocional muy intenso, no es un anestesiante, tú sigues sintiendo tus emociones, pero te va a ayudar, yo lo he tomado de forma esporádica durante los primeros días.
Para mí lo más importante era atravesar el dolor, acogerlo y dejar que me atravesase, abrazarlo en cierta forma como si fuera mi hijo, era lo que me salía, no era una idea mental que yo me planteara según una estructura.
Los libros primeros que leía de aspecto técnico no me comunicaban gran cosa, sin embargo, cuando leía libros de Elisabeth Küble Ross que fueron los primeros que leímos, esos libros vivenciales me tocaban. La lectura también me ayudó en el sentido de que el grado de sufrimiento que muchas veces tenemos con la muerte es porque tenemos una visión demasiado estrecha de lo que es la muerte, entonces el poder leer lo que la muerte significa para otras personas, en otras tradiciones, vemos que la muerte no significa, que aunque la muerte es la muerte para todo el mundo, los significados y los matices cambian mucho de unas tradiciones a otras, eso me abre el campo y no estoy a piñón fijo con que esto de ha acabado, y esto es así y ya no hay nada que hacer y ya, ese no era mi camino. Mi camino era el de aprender con este proceso, el de transformar este proceso, con amor, hacer del duelo y de la muerte la transformación amorosa, porque mi hijo lo merecía, y yo también. Una de las cosas que también nos ha ayudado mucho y que hemos practicado en pareja es conectarnos en cierta forma espiritualmente con él, sobre todo los primeros días su presencia, la casa, su habitación, estábamos con él y él estaba con nosotros en cierta forma, y yo le trasmitía toda la ayuda que podía en ese momento, porque yo pienso que al morir, iniciamos un viaje y en ese momento con todo mi dolor y con todo mi sufrimiento yo animaba a mi hijo a que continuara con su proceso, su viaje. Y con nuestras oraciones, hemos echado mano de diferentes tradiciones religiosas, no nos hemos quedado quietos en ningún sitio, lo que nos ha ido valiendo de unas o de otras tradiciones lo hemos recogido, hemos recogido lo que nos ha parecido positivo, y una cosa que me parece clave porque es muy positiva en el proceso de duelo, incluso en cualquier proceso con un sufrimiento muy grande, es que si esperamos solucionarlo en el futuro, es que el futuro dónde está, para mí la solución estaba en el presente, en cada momento, en cada instante, con qué actitud hago las cosas, y en esos momentos como ya se ha dicho es bueno llenar la vida con actividades y cosas, y eso es una parte, y otra parte sería llenar las actividades y las cosas que hacemos de vida, eso casi me parecería más importante que llenarnos la vida con actividades. Por eso en las pequeñas cosas como preparar el desayuno, hacer una infusión, en todo eso podemos poner vida. Creo que es ser humano tiene potenciales y recursos para superar, no cualquier prueba ni de cualquier modo pero estoy convencido de que con la actitud adecuada podemos superar cosas muy difíciles como la pérdida de lo que uno quiere, incluso más que su propia vida.
Actualmente estoy estudiando budismo zen, practico zen, porque una de las cosas que aprendí y que caí en la cuenta es que el misterio de la vida y de la muerte por muchas vueltas que le diera a mi cabeza en ese momento no lo iba a solucionar, entonces aprendí a sentarme en silencio y abandonarme a lo que fuera, y entregar todo y soltar todo, y puedo decir que es una experiencia mística, profunda, espiritual, religiosa, humana, todo eso. Así es que la actitud con la que hacemos cada cosa es el primer paso para poder dar luego el siguiente. Muchas gracias a Talitha que se me ha pasado a hablar de ella, y para mí que aunque vengo poco y nos conocemos poco, pero me siento parte de esta familia por los lazos profundos que nos unen.

(CONTINUA EN LA SIGUIENTE ENTRADA)

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