domingo, 6 de marzo de 2011

Lecturas recomendadas sobre la muerte 1



Este es el primero de una serie de textos que os quiero recomendar a quienes seguís con interés el tema de la muerte, que yo considero el momento más crucial y sagrado de la vida de un ser humano junto con el de la concepción y el nacimiento.
Son textos extraídos de varios libros que para mí personalmente han significado una valiosa ayuda para alcanzar una mayor comprensión y así poder aceptar la muerte del pequeño de mis tres hijos. Quiero compartirlos con vosotr@s porque sé que tarde o temprano la necesidad llegará, bien a través de la pérdida de un ser querido, o por una situación difícil que tengáis que afrontar como una enfermedad propia o de alguien a quien tendréis que cuidar y acompañar en sus últimas horas (cuidados paliativos).
Creo que podemos prepararnos para ese momento y no dejarlo para cuando sea demasiado tarde. No se trata de vivir con miedo o angustia pensando en que todos algún día tendremos que morir, es cierto, pero lejos de ver la muerte como un final trágico y triste, podemos verla como el umbral que atravesaremos un día para regresar de nuevo al lugar de donde vinimos.
Es necesario empezar en este mismo instante, a vivir con más intensidad, con más conciencia, más armonía y más amor, resolviendo los asuntos pendientes de nuestras relaciones y buscando en nuestro interior para ver lo que realmente somos. Si así lo hacemos, os aseguro que cuando llegue el momento, estaremos preparados y no tendremos apegos ni límites para hacerlo y emprenderemos el último viaje en un estado consciente de paz interior.

He elegido a la Doctora Elisabeth Küble-Ross para dar comienzo a esta serie de publicaciones que periódicamente iréis encontrando en mi blog, porque la considero una mujer pionera en el acompañamiento de pacientes moribundos, reconocida mundialmente como la Dra. de la Muerte, que a través de sus numerosas obras nos ha dejado testimonio de su dedicación plena a esta tarea tan importante y necesaria. Espero que algún día, se creen centros de formación para que en nuestros hospitales exista la figura de un acompañante espiritual que ayude a la gente a bien morir.

"Aprende a morir y vivirás, porque no hay nadie que aprendiendo a vivir no haya aprendido a morir" (El libro del arte de morir)

"Conferencias.Morir es de vital importancia"(Elisabeth Küble-Ross)
El hombre ha existido durante 47 millones de años y ha estado en su existencia actual que incluye la faceta de la divinidad, desde hace 7 millones de años. Cada día muere gente en todo el mundo, sin embargo en una sociedad que es capaz de enviar al hombre a la Luna y devolverlo a la Tierra sano y salvo, nunca hemos dedicado ni un solo esfuerzo al estudio de una definición actualizada y completa de la muerte humana. ¿No os parece extraño?
Cada ser humano se compone de cuatro cuadrantes: el cuadrante físico, el emocional o de relaciones, el mental o intelectual y el espiritual/intuitivo o astral. Al nacer somos seres humanos exclusivamente físicos, y para crecer de manera natural, sin tener miedo de vivir ni de morir, necesitamos que nos amen mucho durante el primer año de vida, que nos abracen y nos toquen. Luego, al final de nuestra vida, vuelve a faltarnos ese aspecto de nuestra vida. Sin embargo, la mayoría de los niños no gozan de ese aspecto de su crecimiento, y eso, conlleva problemas en su cuadrante emocional (de 1 a 6 años), pues es cuando desarrollan todas las actitudes básicas que los marcarán para toda su vida.
Nuestros niños, necesitan crecer con un amor incondicional, pero con una disciplina firme y coherente, pero sin castigos. Eso suena fácil, pero no lo es. Si sois capaces de hacerlo, los niños desarrollarán un cuadrante intelectual o mental muy hermoso alrededor de los 6 años de edad.
Si se ha experimentado el amor incondicional una sola vez, éste durará toda la vida. No tiene que ser del padre o de la madre, que tal vez no sean capaces de darlo porque ellos jamás lo han recibido.
En la adolescencia, se desarrollará de manera natural el cuadrante espiritual/intuitivo. Es la parte del ser que alberga todo el conocimiento. Es el único cuadrante por el que no tenemos que esforzarnos, porque nacemos con él.
El problema es que la mayoría de nosotros no nos escuchamos a nosotros mismos, muy pocos somos plenamente intuitivos, necesitamos que sean los demás los que nos digan lo que hay que hacer. Y esto es así, porque la mayoría nos han criado con amor condicional.
Cuando se trabaja con pacientes moribundos, primero hay que ocuparse exclusivamente de su cuadrante físico, de sus necesidades físicas. El primer lugar y ante todo, habrá que conseguir que el paciente quede libre de dolor. El bienestar físico y la ausencia de dolor vienen mucho antes que cualquier apoyo emocional, antes de cualquier ayuda espiritual, antes que nada.
Cuando nuestros cuadrantes están en equilibrio, en armonía, cuando hemos entrado en contacto y superado nuestra negatividad, nuestra baja autoestima, nuestras emociones negativas de odio, rabia, miedo, rencor, apego, entonces, vuelves a ser natural, a estar entero, íntegro, esto quiere decir que por fin puedes abrir tu cuadrante espiritual.
Jamás podrás ayudar a otros si estás lleno de resentimiento, de odio y de culpa.
Para conseguir una auténtica seguridad y comprensión, debemos penetrar en un nuevo reino del conocimiento: el camino del conocimiento intuitivo. Esto significa dejar de buscar en el exterior y empezar a mirar dentro de nosotros mismos y confiar en nuestro interior. Es el camino de nuestra propia experiencia. El conocimiento intuitivo no habla a nuestro cerebro, sino a todo nuestros ser.
Es el camino de la humildad, pues requiere la fuerza de olvidar nuestra necesidad de controlarlo todo, a nosotros y al mundo que nos rodea. Exige que reconozcamos que no somos Todopoderosos, que existe algo mucho más grande que nosotros, y simplemente, debemos aprender a contactar con ese algo para encontrar nuestra verdadera fuente de sabiduría.
Platón decía que nacemos sabiéndolo todo y que la vida es un proceso de olvido. En las situaciones difíciles de dolor y sufrimiento, es muy importante aprender a conectar con nuestra fuente de fuerza interior y de belleza.

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